La defensa de un joven encarcelado a la espera de juicio por intentar matar a otro de una puñalada en el hígado a la salida de un salón de juegos de Donostia ha solicitado al juzgado que investiga los hechos su traslado a un centro de internamiento psiquiátrico preventivo «como medida cautelar».
En un documento al que ha tenido acceso EFE, la abogada de la defensa Cristina Morcillo Buj, explica que, además de ser adicto a las drogas, su cliente, de 19 años, padece «problemas mentales graves», patología esta última que, a su entender, se está viendo «agravada» al verse privado «del tratamiento médico personalizado al que estaba sometido antes de su entrada en prisión».
Los hechos por los que el investigado fue encarcelado sucedieron sobre las 16.00 horas del 29 de julio, cuando acompañado por otras dos personas este joven, que se ha visto envuelto ya en 22 causas penales, se encaró con su víctima a la salida del citado establecimiento de juego.
Según recoge el auto de ingreso en prisión provisional, en ese momento el joven presuntamente clavó un cuchillo al perjudicado «en el lateral derecho superior del abdomen», lo que le ocasionó una herida penetrante «en la zona del hipocondrio derecho» con «afectación» al quinto segmento del hígado.
Este documento precisa que, aunque el herido ingresó en el hospital «en situación hemodinámica estable» la lesión que sufrió era «potencialmente letal sin cuidados médicos».
El auto de ingreso en prisión, al que ha tenido acceso EFE, explica que posteriormente la víctima señaló «con claridad» al investigado como el presunto autor de los hechos ya que «pudo ver» cómo «empuñaba el cuchillo» cuando sucedieron los hechos y además «continuó increpándole» tras supuestamente «haberle clavado» el arma.
El escrito judicial detalla además que el presunto agresor «no negó de forma terminante los hechos» sino que «se limitó a señalar que no recordaba lo sucedido porque había consumido drogas», aunque los agentes de Policía que lo detuvieron sobre las 18.30 horas no hicieron referencia a que estuviera «afectado» en ese momento «por el consumo de sustancias estupefacientes».
Asimismo, este documento recuerda que los agentes observaron que tenía el pantalón «manchado de sangre» y que localizaron «en las inmediaciones» el arma posiblemente utilizada en los hechos que, por otra parte, el supuesto agresor habría reconocido que le «pertenecía».
El juez encargado del caso, aclara asimismo que el investigado «ya había tenido enfrentamientos previos» con la víctima, quien hace un año declaró además «que le había agredido con otra arma blanca».
El supuesto agresor también está siendo investigado en paralelo por un Juzgado de Irun por otro intento de agresión con arma blanca a otra persona.
Por estos motivos, ante la «gravedad» de los hechos y el posible riesgo de fuga y de reiteración delictiva contra la víctima, finalmente el instructor ordenó el ingreso en prisión provisional del investigado, cuya defensa, no obstante, reclama ahora que esta medida sea sustituida por el internamiento en un centro psiquiátrico adecuado a su situación.
Para ello, la letrada argumenta que el joven padece hasta siete trastornos diferentes, entre ellos psicósis, un trastorno hipercinético disocial y TDAH, además de dependencia a las drogas, lo que hace de él «un pobre enfermo con problemas mentales graves y drogadicto» que, a su entender, «debería estar en un centro psiquiátrico» que además sería una medida «mucho menos gravosa» para él.
Recalca en este sentido que «la situación de una persona con enfermedad mental grave en un centro penitenciario es un asunto desgarrador», al encontrarse «en un entorno hostil, sujeto a una disciplina que no entiende ni comprende» y opina que el hecho de «dificultar» su internamiento en un centro psiquiátrico resultaría «cruel e inasumible».