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Como letrada me estoy encontrando con familias que están pasando un auténtico calvario en los PEF. Las profesionales de los PEF hacen valoraciones y emiten informes cuyo contenido es esencialmente erróneo y esto no es baladí, máxime si se tiene en consideración, que estos informes afectan indudablemente al procedimiento judicial en los que sus informes deben ser valorados. Es terrible la deshumanización de algunas empleadas de los PEF y el aroma elevado de corporativismo entre los miembros de los PEF. Las empleadas de los Puntos de Encuentro Familiar deberían ser, al menos teóricamente, unas auxiliares del Juez en la búsqueda de la verdad y no unas ‘enemigas’ de esa verdad, pues ponen terribles obstáculos para llegar a conocer la verdad sin distorsiones. Y es que como señalaba Loftus, “pocas cosas aparte de una pistola humeante, tienen tanto peso en el Juez como los informes de un perito”.
La repercusión de los informes en los procesos judiciales puede ser grave, porque muchos magistrados los valoran como testimonio psicológico cualificado sobre los progenitores e incluso los citan en sus sentencias, a pesar de que la supuesta evaluación ha carecido del más mínimo rigor científico exigible a cualquier valoración pericial. Lo que les está sucediendo a muchas madres en los PEF, es que experimenta como está siendo prejuzgadas, negativamente, culpabilizadas, sea cual sea su comportamiento y no se la considera digna de crédito cuando intentan proteger a sus hijos. Resulta paradójico y dramático, de entrada, para cualquier persona dotada de sentido común, que sea la mujer víctima de violencia la encargada de propiciar el encuentro de sus descendientes con el maltratador; y de heroínas conseguir que disimule el mal trago y, en muchas ocasiones, el terror indescriptible que ello le pueda producir. Ellas, mejor que nadie, son conscientes de que sus hijos van a continuar siendo víctimas de la violencia del padre.
Es alarmante que los informes del PEF no van firmados por profesional de Psicología, trabajador social, educador alguno, ni figura número de Colegiación, sólo aparece un sello en el que aparece el logotipo y el nombre del ”Equipo Técnico”. Esta forma de actuar deja a muchas familias en situación de absoluta indefensión, ya que durante cualquier proceso judicial ya sea penal o civil no pueden rebatir a la persona responsable ni impugnar el contenido de un Informe tan perjudicial para las personas supuestamente evaluadas, en el que está en juego nada menos la protección de los menores. Estas madres no están en contra ni mucho menos de los Psicólogos, Trabajadores Sociales, Mediadores Familiares, etc cuya intervención consideran útil y necesaria, solo están en contra de los que tienen malas prácticas como muchas empleadas de los PEF.
En esta vida nadie es más que nadie, todos somos iguales y necesarios; en los Juzgados son necesarios los profesionales, pero los honrados, los honestos, los que se toman en serio su trabajo, los que no se venden…
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DIARIO DE NAVARRA
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